lunes, 17 de febrero de 2025

¿Puede una inteligencia artificial ser ciudadana? El debate recién comienza

 




El caso de Turing, la IA para quien se solicita la ciudadanía mexicana, ha generado un debate que trasciende las fronteras de ese país. 

En su página oficial, Turing se define como una "meta-humana" asesora legal de marcas, entrenada para brindar información sobre la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, sentencias y jurisprudencia. También facilita soluciones de controversias en tiempo real mediante comandos de voz.

El caso de Turing obliga a preguntarse si la definición de ciudadania vinculada sólo al ser humano sigue siendo suficiente en un mundo donde las inteligencias artificiales avanzadas pueden razonar, interactuar y hasta generar respuestas emocionales. Este dilema recuerda a la película El hombre bicentenario, basada en la obra de Isaac Asimov y protagonizada por Robin Williams. En la historia, un androide llamado Andrew Martin lucha durante décadas para ser reconocido como humano y obtener los mismos derechos que cualquier ciudadano. Su lucha nos plantea preguntas vigentes hoy: ¿qué nos define como ciudadanos? ¿Es suficiente con tener conciencia, inteligencia y emociones? Si un sistema de IA obtuviera ciudadanía, ¿tendría derecho a elegir y ser elegido? ¿Podría tener múltiples nacionalidades?  ¿Cómo se regularía su residencia? ¿Será qué nos estamos olvidando que la IA es una herramienta, un colaborador calificado?

El debate apenas comienza, la solución no será sencilla y su impacto será profundo. 



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