La sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario (Sala II) recaída en los autos GIACOMINO, CESAR ADRIAN Y OTROS C/ MONSERRAT, FACUNDO DAMIAN Y OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS aborda la responsabilidad del letrado ante el uso de herramientas de inteligencia artificial generativa en la investigación y preparación de escritos judiciales. El tribunal advierte sobre el riesgo que implica la delegación de la búsqueda de jurisprudencia en estas herramientas sin una verificación rigurosa de los resultados.
El tribunal advierte sobre la negligencia de un letrado que, al apoyarse en una herramienta de IA generativa para su investigación, incluyó una cita jurisprudencial inexistente en un escrito judicial.
La Cámara no impone una sanción directa al abogado, pero sí realiza un llamado de atención y ordena oficiar al Colegio de Abogados de Rosario. Esta medida no busca castigar, sino prevenir y concientizar a los profesionales del derecho sobre los riesgos de las "alucinaciones" de la IA. El tribunal enfatiza que la delegación de la búsqueda de información sin una verificación rigurosa vulnera el deber de diligencia y el principio de probidad que rigen la ética profesional.
Este fallo establece un precedente relevante al fijar un estándar de responsabilidad profesional para el uso de la IA. Destaca que, si bien la tecnología puede ser una herramienta poderosa, el abogado sigue siendo el único responsable de la veracidad y solidez de los argumentos presentados en sede judicial. La sentencia subraya que la confianza en estas herramientas no exime al profesional del derecho de su deber de supervisión y cotejo, ratificando la primacía de la ética y la veracidad en el ejercicio de la abogacía.