El 29 de agosto se conmemora el día de la abogacía o del abogado, como se decía antes. Es una excelente oportunidad para renovar el compromiso de seguir honrando una profesión que es pilar del Estado de Derecho y de la vida democrática.
Ser abogada o abogado es complejo e implica -entre otros aspectos- ejercer con responsabilidad y ética la defensa de derechos, el acceso a la justicia y la construcción de una sociedad más equitativa. En la actualidad, atravesados por procesos de transformación digital, la irrupción de la inteligencia artificial y los desafíos de un derecho en constante cambio, la abogacía está llamada a adaptarse sin renunciar a su esencia: el compromiso con la justicia y la dignidad de las personas.
Después de más de cuatro décadas de ejercicio profesional, sigo convencida de que la abogacía es mucho más que una práctica técnica: es vocación, servicio y pasión por el Derecho.
¡Feliz Día colegas!